lunes, 8 de febrero de 2016

Mejorar la productividad



Desde que hablé de mi nuevo curso "Productividad y Dinero", no paran de llegarme emails pidiendo más información.

Te daré un ejemplo de alguien que utilizó este método de productividad. Ahora es su ventaja #1, al igual que será tu ventaja #1.

Antonio Garmendia es uno de mis clientes. Antes su día era un continuo desastre de asuntos pendientes e urgencias. Tenía grandes planes pero siempre tenía interrupciones que no le dejaban hacer lo importante.

Antonio se resistía a distraerse, pero como casi todo el mundo, caía en la trampa. Luego se deprimía porque no era capaz de mantenerse concentrado. Antonio era inteligente, pero eso no bastaba. El necesitaba más energía para concentrarse. Quería un plan paso a paso para hacer su trabajo y que su equipo hiciera lo mismo.

Pero no sabía cómo concentrarse y evitar los robatiempos.

Y sobre todo: sabía cómo establecer prioridades para producir más.

Cuando no había urgencias ni interrupciones (urgencias e interrupciones que el mismo provocaba por no planificar bien), no sabía a qué tarea dedicarse. ¿Qué era la más importante? ¿Cómo podía medir su productividad y decidir que tarea era la correcta? ¿Qué hacía primero, que hacía segundo y que hacía tercero? ¿Qué podía dejar de hacer? ¿Cómo utilizar su tiempo limitado?

Y lógicamente: tampoco sabía cómo motivar e incentivar a su equipo para que fuera más productivo y responsable. No sabía delegar ni subcontratar.

Y su equipo tampoco era productivo porque no tenían un ejemplo a seguir. Antonio necesitaba primero un método probado para ser él productivo.

Antonio tenía talento y buena actitud... pero no sabía cómo ser más productivo para ganar más. Y eso limitaba sus ganancias.

Resultado: Su negocio no despegaba y sólo cubría costes. Estaba a un mes de la quiebra si las ventas se torcían.

Y lo peor, su vida personal y familiar era un infierno. No tenía tiempo para ellos y cuando lo tenía estaba demasiado absorto en sus problemas laborales. Y estaban muy enfadados con él.


Entonces le enseñé el método de "Productividad y Dinero".

Primero le di una guía para planificar exactamente qué era lo importante y que no. Le dije cómo ordenar sus asuntos pendientes por orden de prioridades. ¡Fundamental! Era lo primero que tenía que hacer. A partir de ahí vendría el resto.

Tenía que saber donde estaba, por muy mala que fuera su situación. NO valía mirar a otro lado.

Entonces se dedico al 100% en aclarar sus prioridades. Y cuando lo aclaró trabajó en los de su equipo.

Luego planificamos como hacer frente a las interrupciones. Y a distinguir lo que era urgente y lo que no. (Truco: muchas urgencias nunca lo son tanto). Así que el siguiente paso fue dedicar todos sus esfuerzos los siguientes días a seguir sin inmutarse cada vez que surgía un fuego. Entrenó a uno de su equipo para que se hiciera responsable de esas situaciones y dejó de jugar a ser el héroe apagafuegos.

Y todo empezó a cambiar.

Luego le di más tips sobre como delegar en sus empleados: Tenía que dar órdenes claras y revisar brevemente, pero no todos los días.

Cuando se reunía con su equipo repasaban prioridades y eliminaban sin piedad pequeñas tareas. (Pero siempre daba ordenes claras y revisaba periódicamente por si había dudas.) Resultado: muchas de las pequeñas tareas se quedaron sin hacer pero las grandes le dieron un resultado diez veces mayor.

Cuando por fin tuvo más tiempo para sí, le di otro par de tips para no distraerse. Vio que trabajando media hora de seguido sin aceptar interrupciones (después se premiaba con cinco minutillos de pausa con un café o un respiro) lograba lo que antes en medio día. Pero media hora seguida en lo importante, no en lo urgente. Después pasó fácilmente a trabajar en módulos de treinta minutos y su productividad subió asombrosamente. Luego enseño ese método a los demás y la productividad de los demás empleados también subió.

Asimismo estableció un sistema de recompensar para él y su equipo en función de lo que conseguía. Eso hizo que todos se volcaran en su trabajo. Con unas recompensas por escrito (no necesitaba ser dinero), todos cambiaron su actitud. Aquí la clave estuvo en establecer una gran recompensa para TODO el equipo, así todos se ayudarían para conseguirlo. (¿Quién iba a atreverse a dejar a los demás en la estacada?)

Y todo cambió. Empezó a terminar proyectos y a sacar nuevos productos al mercado. Y los beneficios entraron. Pero la productividad todavía aumentó más porque refinó este método. Y los beneficios siguieron creciendo...

Ahora Antonio gasta más tiempo en formarse y leer sobre su sector. Continuamente tiene nuevas ideas para mejorar procesos y producir más rápido y a menor coste. Su margen de ganancias es amplio y tiene dinero para subcontratar labores que él hacía antes.

Antonio se dedica a pensar más. Tiene el hábito de pensar una hora al día concentrado. ¡Eso minimiza cualquier posible fuego que pueda surgir! Cuando planifica, continuamente le surgen ideas sobre cómo mejorar para ganar tiempo y dinero. Y sus buenas conclusiones le suponen más dinero.

Antonio sabe también cómo delegar y hacer que otros sean productivos. Recientemente invirtió en encontrar y formar dos nuevos colaboradores y un asistente personal. (Lo financia gracias a sus ganancias por dedicarse sólo a lo importante.) Y su negocio cada vez le da mayores beneficios.

Pero otros en su lugar no se molestaron en poner en marcha esté método y siguen agobiados y a un mes de la quiebra.

En cambio Antonio vuelve a casa todos los días a media tarde, hace deporte y está con su familia. Y sigue ampliando su organización y mejorando su calidad de vida. Ahora está seleccionando otros dos nuevos colaboradores dándoles la formación necesaria para sustituir a su dos mejores empleados. Los quiere para sí, para que trabajen junto con él en lo más importante.

¿Y sabes qué?

Que tú también puedes multiplicar tu productividad con éste método. Antonio sólo es un ejemplo de varios que lo han conseguido. Tú también puedes ganar mucho más y tener más tiempo libre con el sistema de "Productividad Y Dinero".

Por tu éxito,
David Valois

No hay comentarios:

Publicar un comentario