martes, 12 de enero de 2016

No dejes que los demás influyan negativamente en tí

Te contaré una historia que me ocurrió hace poco.

(Es una historia que se repite, en cuanto empieza ya se el final. )

Hace poco hablaba con un cliente. Era una persona con talento, inteligencia y los medios para dejar un trabajo que odiaba y montar su propio negocio. Con lo que sabía y sus contactos podía ganar dinero desde el primer mes.

Además la jornada de nueve a cinco no era para él. Me pidió mi opinión sobre dar el salto y se la di. Cuando le dejé era un huracán, se iba a comer el mundo. No podía esperar a empezar.

Pero una semana después me llamó.

Nada más hablar con él me temí lo peor.

Su voz era fría.

El entusiasmo de hace una semana fue sustituido por una energía negativa que flotaba en el aire.

Ya sabía lo que venía ahora...

Me habló de las dudas de ser su propio jefe... que tenía una segunda visión de lo que pensaba...

Me lo conocía, se estaba rindiendo.

El miedo una vez más.

Lo racionalizó perfectamente con un "lo he pensado mejor" y una frase pedagógica tipo  "Ningún negocio vale sacrificar tu familia"... (Ya estábamos mezclando conceptos. Esa no era la realidad.)

La realidad era que tenía miedo.

Y en vez de reconocerlo se estaba escudando con argumentos irreales. Mi amigo era ahora otra persona diferente.

Pero lanzarse a su negocio no significaría automáticamente perder a su mujer y a sus hijos. Todo argumentos falsos. Me lo conocía.
Y entonces le pregunte lo de siempre:
"Carlos, ¿con quién has hablado?"

"Bueno... he hablado con algunos conocidos y me han dicho que ellos también se pusieron por su cuenta. Dicen que trabajaban demasiadas horas y no tenían tiempo para ver a su familia..."

Mentían.

Sus conocidos habían fracasado (por otras razones) y no querían que Carlos prosperases. ¿Como quedarían ellos sino?

Una vez más un entorno que no quiere que alguien progrese. Como ellos se han rendido quieren que los demás no triunfen.

Tu entorno puede ser el peor de tus enemigos.

A la mayoría no le gusta que prosperes más que ellos. Acéptalo.

Si lo intentaron y fracasaron no querrán que alguien como Carlos con talento consiga lo que ellos no consiguieron. Le inyectarán todos los venenos que haga falta para desmoralizarle.

Ten cuidado porque te puede pasar.

Llegará un momento en que tendrás un proyecto brillante, pero tu entusiasmo desaparecerá. "¿Cómo me metí en esto?" Pero serán las sutiles influencias externas.

¿Tu mejor que ellos?

¿Tu consiguiendo lo que ellos no pudieron?

Ni hablar.

Y atacarán.

Atacarán con sutiles comentarios, con ironías y haciéndote el vacío como si no existieras para que te pongas nervioso y te rindas.

Algunos percibirán a mil kilometros que quieres hacer algo grande y pondrán en marcha su maquinaria de guerra para frenarte. Ten cuidado con el rebaño, no quiere que nadie escape.

Sigue tu camino y eliminarás el veneno. Si estás entusiasmado (¡por fin voy a hacer algo importante!) y al de unos días dices: "Creo que no va a salir", párate y reflexiona.

¿A quien has visto?

Y pregúntate ¿dónde está él ahora?

Y sigue tu camino. Eso es dominar los pensamientos negativos.
Me acuerdo que obligue a Carlos a que por lo menos hiciera una investigación de mercado. Le dije que no hablara con nadie, sólo con la gente que lo logró. Le di mi ejemplo y el de otros de que trabajamos en nuestro propio negocio y hoy tenemos más tiempo que nadie.

Carlos siguió.

Hoy se asusta de que pudo abandonar.  (El mes pasado acumuló 97.320$ en ganancias).

Gana más de lo que nunca soñó y su negocio crece sin parar. Y su cuenta bancaria también.

Y tiene tiempo de sobra para su familia.

Pero desgraciadamente hay muchos que no tienen quien les aconseje. Cuando tienen una buena idea caen en las garras de un entorno que no quiere triunfar.

Si quieres que no te ocurra aquí tendrás todas las estrategias para tener éxito y que nada ni nadie te frene.



Por tu éxito,
David Valois

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