¿Tu también
eres de los que crees que cometer errores es una debilidad?
Los
que creen erróneamente esto no quieren admitir que los cometen. Piensan
que es de débiles. No les gusta admitir recaídas en sus viejos hábitos.
Pero, ¿Qué ocurre si ignoramos estas "debilidades"?
Que vuelven con más fuerza que nunca.
Imagínate cuánto mejor y más productivo serías si no tuvieras miedo ni a fallar, ni a las recaídas.
Imagínate hasta dónde podrías llegar si aprendieses de tus
errores.
Imagínate la fuerza adicional que te daría la experiencia de probar y fallar.
¿Aún no piensas que un error bien enfocado puede ayudarte a eliminar tus malos hábitos?
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Los que consiguen cambiar sus malos hábitos saben que los errores están ahí para ayudarles.
Aquí un ejemplo:
Hace
poco dijo un entrenador de fútbol cómo consiguió hacer de un portero
normal un gran portero. El portero se lamentaba cada vez que cometía un
fallo y lo
repasaba en su cabeza.
Entonces el entrenador le ordenó que probara otra técnica radicalmente diferente.
Después
de cada fallo sólo tenía que imaginarse repetir esa misma jugada sin
cometer el fallo, en vez de dar vueltas una y otra vez al error. Y
funcionó.
Reemplazando el fallo con éxito, su mente le hizo
elegir siempre los movimientos correctos. Y esto hizo de él un gran
portero. Sus fallos le hicieron aún mejor porque lo utilizó para elegir
el camino bueno.
Todos los
que han conseguido el éxito saben cómo domar las recaídas. Saben que caerse forma parte del camino.
Tú también puedes si sabes cómo.
Agradecerás tus errores y los corregirás.
Ya no te sabotearás dando vueltas y vueltas a tus antiguos fallos.
Descubrirás solamente en beneficios. Y un error siempre será una oportunidad para ti.
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