La autocrítica forma parte de nuestra vida diaria, nos construye y clarifica nuestros errores para convertirnos en una mejor versión de nosotros mismos.
Pero, en ocasiones le damos tanta fuerza que acaba por destruir nuestra autoestima y acorralarnos entre el miedo al fracaso y la inmovilidad.
Esta voz interior que realza nuestros errores puede sernos muy útil si sabemos cómo utilizarla y mantenemos armonía entre ella y nuestra autoestima.
La falla está en darle a esta “voz” tanta fuerza como para minimizarnos y hacer eco a nuestros adentros.
Si te has sentido encasillado por la autocrítica, si sientes que te disminuye o humilla al punto de preferir no intentar hacer algo porque te grita que no eres lo suficientemente bueno, es tiempo de ponerla en su sitio y contraatacar.
Lo primero que debes hacer es identificarla. No basta con saber que existe, debes detectar en qué formas y momentos se presenta y por qué lo hace.
Sabes que viene para hacerte sentir en desventaja con el mundo, ahora observa cuándo lo hace y qué te dice y toma nota de ello.
McKay recomienda registrarlas en:
- Autoevaluación negativa.
- Me ayuda a sentir o hacer.
- Me ayuda a evitar la sensación de.
Con este registro sabes si es constructiva o destructiva, si te motiva a seguir adelante o te paraliza. Además, te ayudará a entender sus patrones para poder desarmarla y utilizarla a tu favor.
Busca el trasfondo de lo que te dice y por qué lo hace. Pregúntate a qué se refiere exactamente con eso o qué pensamiento o creencia lo origina en primer lugar.
Respóndele con afirmaciones positivas que den fuerza a tu autoestima e irá desapareciendo con la práctica de este ejercicio.
Así, solo tendrás contacto con la autocrítica que te construya.
Recuerda revisar mi libro "Aprende como Einstein: Memoriza más, enfócate mejor y lee efectivamente para aprender cualquier cosa"
Un abrazo,
Steve
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